UMMO ha vuelto

El investigador Ignacio Darnaude Rojas-Marcos recibió una postal desde Londres, fechada el pasado 20 de agosto de 2015 y firmada por DEI-99, hijo de DEI-98.
Al igual que en otra recibida por Luís R. González, aparece el sello característico ummita, aunque con ciertas variaciones, algunos grafismos y el lema tantas veces repetido en sus cartas por los presuntos embajadores del planeta Ummo: "No nos crean".
En este interesante artículo Alejandro Agostinelli nos desvela los aspectos más controvertidos de este singular hecho.









ARGENTINA
Fuente: factorelblog.com







Noticias de DEI-99 desde Londres


Hace algunos años, con Luis R. González y José Juan Montejo pergeñamos un breve artículo (de aquellos por siempre pendientes de publicación) sobre un tema que ahora cobra repentina actualidad: ¿acaso son los ummitas “fumistas” británicos?
Resulta que dos amigos, el legendario Ignacio Darnaude Rojas-Marcos y González, han recibido una postal  (supuestamente desde Londres) enviada por los no menos hipotéticos seres de Ummo. Los expedicionarios del dichoso planeta en órbita de la estrella (¡binaria!) Wolf 424 escribieron:



Darnaude quedó mudo, aunque hace décadas ha sido destinatario habitual de este bizarro correo (enviado por corresponsales que sólo tienen en común el anonimato y probablemente la intención, aunque no siempre se debe tratar de las mismas personas). González, en cambio, se sintió honrado. “Vamos a esperar en que acaba esto”, comentó expectante. Y las hipótesis comenzaron a correr. Algunos pensaron en el hijo de José Luis Jordán Peña por “el nivel de elaboración y la referencia al ‘padre fallecido’” (Jordán Peña murió en 2014). “Más bien pienso en alguien del círculo de Ignacio de vacaciones en Londres, que haya decidido gastarle esta broma”, comentó, pragmático, Juan José Montejo -cuando todavía ignoraba que González también había recibido su postal. Llamó también la atención sobre el logotipo, “que no es el clásico )+( del ummoaelewe, sino el del …-eweleani: tales signos identificativos de los ‘órganos de gobierno’ ummitas venían en una de las cartas de los ’60. La diferencia con el clásico sería un circulito abierto en la parte inferior del trazo vertical.”
Luis R. González, quien visitó Londres hace tres años, señaló que el Mac Donalds de Picadilly ya no estaba. “Esa foto, por lo tanto, es más antigua”.


En suma: el “ummita” usó postales antiguas para contactarse. También detectó que la máquina de escribir parece anglosajona (ya que no incluye la “ñ” ni acentos) aunque, claro, “también podría ser un engaño”. Otro detalle que señala González tiene que ver con su área de expertise, los sellos o estampillas postales.


“El sello es extraño -escribió-. Para ser inglés no incluye la efigie de la reina. Y, si lo miras con una lupa, verás que también lleva ese logo ‘ummita’ modificado”.
Casi cayéndose de la postal leemos también el famosísimo “No nos crean” (leitmotiv histórico de los firmantes, usado para sustraerse de toda responsabilidad) y una línea más, probablemente números, pendiente de traducción.

El vehículo ummita ( ver diseño original) que ilustra el sello o estampilla de la postal fue tomado de Internet

En suma: demasiado trabajo se ha tomado el neo-ummita para llamar la atención y generar repercusión (de la que este post ya forma parte inevitable). Trabajo y poca investigación: cualquiera que conozca la historia de Ummo sabe que las yemas hipersensibles de los expedicionarios impiden entintar el dedo y presionar la yema sobre cualquier superficie.
Ahora bien, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos del planeta Ummo? Podemos recomendarte una nota de Montejo, otra de González, otra mía muy breve, o podéis seguir leyendo más abajo el texto que preparamos, hace algunos años, con González y Montejo, a partir de mi entrevista a Domínguez en 2005.



Diversas insignias ummitas en correspondencia. El sello más reciente imita la huella dactilar usada por el “ummita por parte de padre” Carlos Jeréz en su Clínica de Cañuelas allá por 1976. Abajo, a la izquierda: sello de la “Serie Original”.

Entre Enero de 1966 y Julio de 1967, un supuesto grupo expedicionario extraterrestre estableció contacto unilateral con un grupo de españoles en plena dictadura de Franco, empleando un sistema verdaderamente peculiar: cartas sin remitente enviadas por correo ordinario desde el extranjero. Incluso durante su etapa más prolífica, la correspondencia ummita ni siquiera alcanzó las 500 páginas en poco más de año y medio; un promedio de menos de una página al día. Con todo, en todo ese fárrago de textos aparecen algunos documentos con ideas científicas muy interesantes sobre Física y Biología. Aparte, los ummitas dejaron otra “pruebas” detrás: dos series fotográficas muy claras mostrando como su nave sobrevolaba Madrid, e incluso algunos fragmentos de níquel de muy alta pureza y un material plástico (Fluoruro de polivinilo) que por aquel entonces (al menos en la Tierra) era fabricado exclusivamente por la empresa norteamericana Pont de Nemours, bajo el nombre comercial de TEDLAR.
El lunes 4 de septiembre de 1967 se descubrieron en Inglaterra seis pequeños platillos (de metro y medio de diámetro) aterrizados en puntos equidistantes a lo largo de una línea que iba de costa a costa, entre Bristol y Londres. En el interior de cada cacharro la Policía encontró el siguiente mensaje: “Por favor, devolver al comité Real de investigaciones en Farnborough”.


Cinta de Fluoruro de Polivinilo con sello ummita y barra de níquel. En los ’60 los anzuelos no eran más creíbles, pero sí más sofisticados.

Los culpables de esta supuesta invasión extraterrestre eran estudiantes de ingeniería en el laboratorio de investigación aeronáutica más prestigioso del país (ver Fortean Times, Nº 228: 32-40. Hay una versión de Luis R. Noguez en el blog Marcianitos verdes dividida en dos partes,  Parte 1 y Parte final)

¿Puede haber alguna relación entre ambos fraudes?


                                       Juan Domínguez Montes. Foto: A. Agostinelli (2005)

Juan Domínguez Montes, ingeniero de Telecomunicaciones e inventor, es uno de los miembros originales del grupo de receptores de cartas. Llegó a escribir un libro titulado El Pluricosmos (1983), defendiendo la realidad de los ummitas.


En 1992, cuando Jordán Peña confesó ser el autor del fraude, Domínguez se avergonzó y ordenó a sus editores destruir los ejemplares que quedaran. Sólo conservó algunos ejemplares para regalar a amigos (así fue como obtuvimos nuestra copia). Incluso hoy, Domínguez sigue siendo escéptico sobre la autoría de Peña, quien nunca ha facilitado evidencias adicionales más allá de sus versiones contradictorias.
Domínguez está en buena compañía. Darnaude resume las objeciones de los creyentes (viejos y nuevos): “Peña no ha explicado (…) cómo una persona en las sombras disfrutó de la nada plausible capacidad para inventar durante dos largas décadas, el voluminoso (…) epistolario ummita, una hazaña casi sobrehumana que exigiría, juntas en una única persona, el cerebro de Einstein, la vasta cultura enciclopédica de Isaac Asimov, Aldous Huxley y Jacques Bergier sumados (…) además del talento histriónico de Sarah Bernhardt e incluso el cinismo de Maquiavelo”.
Aunque parezca exagerado, este plagio involuntario de Jorge L. Borges (por la descripción de éste a la creación de Tlön en su cuento Tlön, Uqbar, Orbis Tertius) transmite muy bien el sentimiento de muchos. (Hace poco refrescamos en un post la  simetría Borges-Peña).


Esta es una de cinco fotografías tomadas el 1º de junio de 1967 en San José de Valderas, cerca de Madrid. Es quizá la más famosa escena relacionada con el affaire Ummo.

Domínguez hizo una sugerencia interesante a propósito de una posible relación de los expedicionarios ummitas con Gran Bretaña. “Estoy convencido de que fue una universidad inglesa, eso seguro. A mí me parece que esto nació como una experiencia con un objetivo distinto (al original). Emiten estos informes copiados de un prestigioso físico (…) que escribe unas cosas muy originales. Un grupo de estudiantes, becarios, dirigidos por un tipo inteligente, elaboraron esa experiencia, no sé con qué objetivo, quizá para ver la reacción en un tercer mundo como era entonces España ante un encuentro extraterrestre. Luego la experiencia acaba y el mecanógrafo (Peña) que es aficionado a la Psicología dice, ¡menudo chollo me han dejado aquí! y empieza el mito a tomar fuerza”.


         José Luis Jordán Peña e Ignacio Darnaude, en la última conversación que mantuvieron.

Es cierto que en los documentos ummitas destilan un humor muy británico, como cuando en uno de ellos sugieren una lista de alternativas terrestres a su existencia citando a la CIA y al KGB (inevitable), pero también al Opus Dei y a la revista satírica británica Punch (1). Pero hace faltan más indicios:
“Los documentos ummitas están inspirados en los trabajos de Sir Arthur S. Eddington, y más concretamente en su libro "Nuevos senderos de la ciencia" (1935). Sobre el tema del alma y la formulación de Eddington de que a través de la mecánica cuántica existe el libre albedrío, la copian idéntica los ummitas”, sigue Domínguez.
Otra de las grandes contribuciones ummitas (en 68 páginas y unas pocas fórmulas) son los IBOZOO UU, definidos como unos entes elementales (e inmateriales) compuestos por ejes ortogonales. Según la orientación que dichos ejes adopten tendremos materia, energía, espacio, e incluso tiempo. “Cómo es posible que coincidan todas sus ideas fundamentales con las de Eddington… sin haberlo leído? Esto es una casualidad asombrosa, un milagro (…) Además, ideas tan originales, porque que el mundo tiene que ser angular sólo se le ha ocurrido a Arthur S. Eddington y es una idea muy brillante”, continúa. Otra idea, según la cual “existen tantos cosmos como valores posibles de la velocidad de la luz (de cero a infinito)”, también está tomada de Eddington.


Londres también fue sede de diversos manejos turbios “made in Ummo” a comienzos de los 70. En Madrid, el grupo ufológico Eridani estaba dividido en dos: un sector pro incluir UMMO en sus estudios y otro integrado por jóvenes escépticos, que querían sacárselo de encima. En una carta invitan a una “cita en Londres para recibir instrucciones” a fin de sortear las dificultades que tendrían los ummitas”, temerosos de ser vigilados por la CIA (?). Los ummitas mismos contribuían al desquiciante barullo en Eridani Claro: los defensores de la ummología estaban liderados por… Jordán Peña.  Más info: “Breve historia del asunto Ummo” por Juan José Montejo 

No sólo el científico británico fue víctima de plagio. Los ummitas emplean las mismas palabras que usó Asimov en su libro de 1965 Los gases nobles. También copian descaradamente del libro de Martin Gardner publicado el año anterior Izquierda y derecha en el cosmos. Ninguno de ellos aparecieron en castellano hasta los años ochenta.
“Por otro lado, ahí está Stephen Hawking. Él sabe algo (…) se lo he notado en sus libros”, desliza Domínguez.
De hecho, sí existe una conexión entre el famoso astrofísico y UMMO. Hawking estaba estudiando astronomía en Cambridge (la misma universidad donde enseñó Eddington) en los años en que los papeles ummitas afloraron en España. Años después (sobre 1990), cuando la periodista francesa Martine Castello le preguntó por UMMO, Hawking admitió saber “algo”, aunque no quiso agregar detalles (2).
Entonces, ¿serán británicos los ummitas? Quizá algún lector conozca otras posibles pistas. O… ¿será a la inversa? En los años ’70 algunos escépticos señalaron similitudes entre la cosmología ummita y las teorías del científico ruso Andrei Sajarov sobre un universo sombra. Años más tarde, una carta ummita reveló la existencia de un grupo de científicos rusos a quienes los ummitas habían enviado una de sus comunicaciones, y que un miembro de aquel grupo había publicado aquellas ideas como suyas. Dado que Eddington publicó sus trabajos mucho antes de la supuesta primera visita de los ummitas a nuestro planeta (en 1950 llegaron a La Javie, Francia), la tienen difícil. Pero como los ummitas han convertido en arte sus contradicciones, quizá basta esperar…


Enrique Villagrasa, fallecido en diciembre de 2014. Fue directivo de Eridani y uno de los primeros receptores de correo ummita.

“A mí me hubiera gustado que, al igual que yo dediqué mi libro a los autores de aquellos documentos, ellos hubieran sido tan leales como yo con ellos, y se hubieran presentado para comentar la verdad. Pero no fueron valientes, siguieron en el anonimato”, concluyó Domínguez durante nuestra entrevista.


So, were the ummites Britons? Can any of your readers give us a clue? Or… maybe it was the other way around? One of the suggestions, “cinema producers raising expectations before the opening of a new film”, holds some water because in 1969 Michael Rennie (from The Day the World Stood Still) made his last film in Spain. Here it was called “Los monstruos del terror”, but it is believed that the English version was titled The Man Who Came from Ummo. Can anybody confirm it was distributed here? Almost a Spanish alternative to Ed Wood’s Plan 9 from outer space, the plot shows the ummites restoring to life some classical monsters such as the werewolf or Dracula to help them to conquest Earth.


NOTAS

1) Una de las posibilidades apuntadas en esa lista, la de unos “productores de cine que lanzan un boom publicitario antes de difundir una película basada en un imaginario planeta” es intrigante. En 1969 Michael Rennie (protagonista de El día que paralizaron la Tierra, también conocida como Ultimátum a la Tierra) hizo su último papel en una película española, donde fue titulada Los monstruos del terror. La versión para los países de habla inglesa, en cambio, recibió el título de The Man Who Came from Ummo. ¿Alguien podrá confirmar si fue distribuida en Gran Bretaña con ese título? Considerada una versión española de Plan 9 from outer space (Ed Wood, 1956) , el guion nos muestra cómo los ummitas reviven a varios monstruos clásicos como Drácula o el Hombre Lobo para que los ayuden en la conquista de la Tierra.

(2) Martine Castello, Philippe Chambon, Isabelle Blanc, La conspiration des étoiles, Paris: Robert Laffont, 1991, pp. 18-9. En español ver: Francia: Hay UMMO en tus ojos; por Alejandro Agostinelli. Entrevista a Isabelle Blanc y Martine Castello en Cuadernos de Ufología, Nº 16-17 , Noviembre 1994 , pp. 124-125.



Nota: Articulo publicado con la autorización del autor