La antigravedad: Tesla y los ovnis






Vicente Fuentes (ESPAÑA)






Hoy vamos a estudiar en un dossier periodístico algunos hitos de la antigravedad, sus relaciones con el fenómeno OVNI y con las investigaciones de Nicola Tesla, posiblemente el científico más inteligente de los últimos 500 años. Esperamos que sea de vuestro agrado.

Definición: Concepto de antimateria

La antimateria es un tipo de materia que es simétricamente igual a la materia ordinaria que conocemos, pero con la diferencia de que sus cargas son completamente opuestas, respondiendo a las leyes de la supersimetría del universo. Una de las creencias con  respecto a la antimateria es que es posible que su comportamiento sea también opuesto al de la materia ordinaria, al igual que otra de sus propiedades, como el espín.


En la actualidad se sabe que la materia está formada por átomos: partículas diminutas que a principios del siglo  XX se creían indivisibles, y que hoy se teorizan formadas por un núcleo en donde se encontrarían los protones y neutrones, alrededor del cual girarían
pequeñas partículas cargadas eléctricamente llamadas electrones. A principios del siglo XX, el físico Neozelandés Ernest Rutherford (Premio Nobel de Química 1908) teorizó que los átomos estarían compuestos por un núcleo central y partículas negativas electrones girando alrededor del núcleo (y no incrustados en él como afirmaba Joseph John Thomson). Esta teoría especulativa fue complementada por el físico Danés Niels Bohr (Premio Nobel de física 1922).

Para 1935, ya se teorizaba que los átomos no eran los constituyentes más pequeños de la materia sino que tanto los protones como los neutrones conformaban el núcleo, unidos entre sí mediante dos fuerzas teóricas llamadas Fuerza fuerte y Fuerza débil y para 1975 se teorizaba que a su vez éstas estaban aún constituidos por subpartículas, hoy en día denominadas partículas elementales.

Específicamente, los neutrones se especuló que estarían constituidos por partículas teóricas: dos quarks down y un quark up, y los protones estarían constituidos también por partículas teóricas: dos quarks up y un quark down. Los fermiones serían los constituyentes de toda la materia que podemos observar y ellos a su vez pueden
ser leptones o quarks; y los bosones se dividen en: bosones de Gauge que son los bosones W y Z, el fotón y el gluón y los llamados bosones hipotéticos que son el gravitón y el bosón de Higgs.

El gravitón es un bosón hipotético, y sería responsable de la interacción gravitatoria de la materia (interacción atractiva). Su existencia es predicha por las actuales leyes de la física de partículas y la Teoría de gravedad cuántica.
Dicho bosón serían como un conectivo a unas de las grandes teorías de la física en la actualidad como es la Teoría del todo.
De igual forma como se describió en un principio, toda partícula posee su respectiva antipartícula, como por ejemplo el electrón posee su antipartícula que es el positrón.

Teóricamente y siguiendo este mismo patrón de conducta y comportamiento simétrico del universo, el gravitón también poseería su antipartícula y se llamaría (en principio) antigravitón, que hipotéticamente hablado, sería una antipartícula elemental.


Si las propiedades y comportamiento de la antimateria son perfectamente opuestos al de la materia ordinaria, el antigravitón sería responsable de una interacción repulsiva mediante una fuerza que mantendría a estas antipartículas separadas, con una magnitud perfectamente igual a la ejercida por el gravitón para producir las interacciones atractivas.

Propulsión por antigravedad

La posibilidad de emplear la antigravedad como método para propulsar una hipotética nave espacial en un futuro lejano ha sido objeto de numerosas controversias. Entre las más conocidas destacan:

Los trabajos de Yevgeny Podkletnov. En 1996 anunció que situando objetos sobre electroimanes superconductores en rotación, los objetos perdían un 2% de su masa. Podkletnov prefiere no usar el término antigravedad, por lo que actualmente a sus experimentos se les designa como “modificación de campo gravitatorio local”. Posteriormente la BBC publicó que la compañía Boeing estaba financiando los trabajos del físico, si bien la propia compañía lo desmintió.


La “Teoría extendida de Heim” — Una posible solución matemática del problema de la gravedad cuántica, enunciada por el físico Burkhard Heim, predice la existencia de campos antigravitatorios. Algunos científicos experimentales creen haber detectado dichos efectos en imanes superconductores en rotación.

Las ecuaciones de Hilbert — La hipótesis más plausible para conseguir un motor de antigravedad parte del matemático alemán David Hilbert, quien publicó en 1924 el artículo científico “The Foundations of Physics”, en donde predecía que una masa moviéndose a una velocidad superior a aproximadamente la mitad de la velocidad de la luz produciría un efecto de repulsión al acercarse a una masa estacionaria.

En el año 2007 el físico Franklin Felber, director de investigación en varias agencias gubernamentales de Estados Unidos, presentó una solución exacta de la ecuación del campo gravitatorio de Einstein que confirmaba las predicciones de Hilbert: según la ecuación, una partícula viajando a más de un 57,7% de la velocidad de la luz originará un cono de antigravedad que podría llegar a impulsar una masa hasta velocidades incluso comparables a la velocidad de la luz. Según Felber, la aceleración producida por esta fuerza sería además muy progresiva, permitiendo los viajes tripulados.


El hecho de que la solución descubierta por Felber sea exacta —algo poco común— y de que además sea falsable, convierte esta opción en la más interesante desde el punto
de vista científico. En los próximos años los efectos antigravitatorios podrían comprobarse experimentalmente en el Gran colisionador de hadrones, o incluso en el Tevatrón. De demostrarse la validez de esta solución a las ecuaciones de Einstein, se abrirían las puertas a la investigación sobre motores de “antigravedad” (también llamados “hipermotores”), que según el propio Felber podrían estar disponibles en tan sólo un siglo.

¿Descubrió Tesla los secretos de la antigravedad?

Nikola Tesla fue el creador de mucha de la tecnología que hoy en día utilizamos. Sin el genio de Tesla, no tendríamos radio, televisión, electricidad AC, la bobina de Tesla, iluminación fluorescente, las luces de neón, dispositivos de radio control, robótica, rayos X, radar, microondas y docenas de otros asombrosos inventos.


Debido a esto, no es de sorprenderse que Tesla también escarbó en el mundo del vuelo y posiblemente de la antigravedad. De hecho, su última patente en 1928 (#1,655,114), era para una máquina voladora que asemejaba tanto a un helicóptero como a un avión. Antes de morir, Tesla ideó, según informes, los planos para el motor de una nave espacial. El la llamó Space Drive o impulsión del campo antielectromagnético.
William R. Lyne escribe en Occult Ether Physics (Las Físicas Ocultas del Éter), que en una conferencia que Tesla preparó para el Instituto del Bienestar del Emigrante (12 de mayo de 1938), trataba con esta Teoría Dinámica de la Gravedad: “Uno de dos descubrimientos de gran envergadura, que resolví en todos los detalles, durante los años 1893 y 1894”.

Mientras estaba investigando las declaraciones de Tesla, Lyne descubrió que declaraciones más completas, referentes a esos descubrimientos, se podrían recoger solamente de fuentes dispersadas y escasas, porque los papeles de Tesla están guardados en cámaras acorazadas del gobierno, por razones de seguridad nacional


Cuando Lyne específicamente preguntó por estos papeles en el Centro de investigaciones de Seguridad Nacional (ahora el Centro de Investigaciones Robert J.
Oppenheimer) en 1979, le fue denegado el acceso, porque estaban todavía clasificadas. En esta conferencia de 1938, Tesla dijo que estaba progresando con el trabajo, y esperaba que muy pronto podría dar la teoría al mundo.

Los dos grandes descubrimientos a los que Tesla se refería eran:

A) La Teoría Dinámica de la Gravedad – la cual asume que un campo de fuerza que es responsable para los movimientos de los cuerpos en el espacio; la suposición de que este campo de fuerza en el concepto de la curvatura del espacio (como Einstein); el éter tiene la indispensable función en el fenómeno (de gravedad universal, inercia, 
momentum y movimiento de los cuerpos celestes, así como toda la materia atómica y molecular).

B) Energía Ambiental – el descubrimiento de una nueva verdad física: no hay energía en la materia más que aquella recibida del ambiente. (Lo cual contradice a Einstein en
E=mc2). El anuncio usual de Tesla en su cumpleaños – en su 79 cumpleaños (1935) hizo una breve referencia a la teoría diciendo que aplica a las moléculas y átomos, así como a los cuerpos celestes más grandes, y también a … “toda la materia en el universo, en cualquier fase de su existencia, desde su misma formación hasta su última desintegración.” 


El éter actúa sobre la fuerza creativa, dadora de vida, y es arrojado en “remolinos infinitesimales” (“microhélices”) cerca de la velocidad de la luz, convirtiéndose en materia ponderable. 
Cuando la fuerza disminuye y cesa el movimiento, la materia se revierte al éter (una forma de “descomposición atómica”).

El Hombre puede aprovechar estos procesos para:

-Producir materia del éter.
-Crear cualquier cosa que desee con la materia y energía derivadas.
-Alterar el tamaño de la Tierra.
-Controlar las estaciones de la Tierra (control del clima).
-Guiar el camino de la Tierra a través del Universo, como una nave espacial.
-Causar las colisiones de planetas para producir nuevos soles y estrellas, calor, y luz.
-Originar y desarrollar vida en infinitas formas.

“He resuelto una teoría dinámica de la gravedad en todos sus detalles, y espero darle esto al mundo muy pronto. Explica las causas de esta fuerza y los movimientos de cuerpos celestes bajo su influencia, tan satisfactoriamente que podrá un fin a fútiles especulaciones y falsos conceptos, como aquel del espacio curvo. Según los relativistas, el espacio tiene una tendencia a curvarse debido a una inherente propiedad o presencia de cuerpos celestes. 

“Concediendo una apariencia de realidad a esta fantástica idea, es todavía muy autocontradictoria. Cada acción está acompañada por una equivalente reacción, y los efectos de esta última están en directa oposición a aquellos de la primera. Suponiendo que los cuerpos actuaran sobre el espacio circundante, causando la curvatura del mismo, le parece a mi mente simple que los espacios curvos deben tener reacción en los cuerpos y, produciendo los efectos opuestos, enderezarían las curvas.

“Puesto que la acción y la reacción son coexistentes, sigue que la supuesta curvatura del espacio es enteramente imposible – No obstante, incluso si existiera, no explicaría
los movimientos de los cuerpos según lo observado. 
Solamente la existencia de un campo de fuerza puede explicarlos, y esta suposición aplica con la curvatura del espacio. Toda la literatura sobre este tema es fútil y destinada al olvido.”


Es una lástima que Tesla nunca publicase esta teoría dinámica de la gravedad. El pensamiento moderno acerca de la gravedad sugiere que cuando un objeto pesado se mueve, emite ondas gravitacionales que irradian a la velocidad de la luz. Estas ondas
de gravedad se comportan de maneras similares a muchos otros tipos de ondas.

Las invenciones más grandes de Tesla estaban todas basadas en el estudio de ondas. Él siempre consideró que el sonido, la luz, el calor, los rayos X y las ondas de radio son todos fenómenos relacionados y que podrían ser estudiados usando la misma clase de matemáticas. Sus diferencias con Einstein sugieren que Tesla extendió su pensamiento a la gravedad.

En los años ochenta se demostró que tenía razón. Un estudio de perdida de energía en una estrella pulsar doble de neutrones, llamada PSR 1913 + 16 probó que existen las ondas de gravedad. La idea de Tesla que la gravedad es un efecto de campo es ahora tomada más en serio de lo que la tomó Einstein.

Desafortunadamente, Tesla nunca reveló que es lo que le había conducido a esta conclusión. Nunca explicó su teoría de la gravitación al mundo. El ataque que hizo al trabajo de Einstein fue considerado indignante por el establisnment científico de ese tiempo, y solo ahora tenemos el suficiente conocimiento de la gravedad para afirmar que tenía razón.

Tesla y los platillos volantes antigravitatorios

Tesla había descubierto que la emisión electroestática de la superficie de un conductor siempre se concentrará donde la superficie se curva, o incluso presenta un borde. Mientras más pronunciada sea la curva, o esquina, mayor será la concentración de emisión de electrones. Tesla también observó que una carga electroestática mas bien fluirá sobre la superficie de un conductor de lo que la penetrará. Esto es llamado el Efecto Faraday o Efecto Piel, descubierto por Michael Faraday hace muchos años.
Esto también explica los principios de la famosa jaula de Faraday, la cual es usada en laboratorios de investigación de alto voltaje, para proteger contra daños a los humanos y al equipo electrosensible. 

Según reportes de testigos oculares sobre el interior de los OVNIs, hay una columna circular, o canal a través del centro del vehículo. Esto sirve, según reportes, como una superestructura para el resto del vehículo en forma de platillo, y también conlleva un alto voltaje, y una bobina de alta frecuencia. Se cree que es un transformador resonante que le da carga electroestática y electromagnética a la nave y establece polaridad.
Esta bobina es relativa a lo que se conoce como la “Bobina de Tesla” (Tesla coil). La bobina de Tesla, por supuesto, fue inventada por éste en 1891. Esta columna o canal es
hueca y de aproximadamente dos pies de diámetro. En algunos vehículos, esta área hueca contiene en ella un generador de turbina.
Cuando se crea el vacío en un hemisferio de la nave, se le permite a la presión atmosférica correr a través del tubo, para conducir una especie de generador eléctrico de
turbina. Algunos reportes dicen que los extraterrestres usan este sistema como plantas estacionarias de energía para generar energía eléctrica también en sus planetas.

El Dr. Towsend Brown y la electrogravitación

La idea de usar electricidad de alto voltaje como medio de propulsión no es nueva. Tesla puso la base a finales del siglo XIX, que fue continuada por notables científicos
como Thomas Townsend Brown, quien descubrió en 1923 lo que más tarde fue llamado el Efecto Biefeld-Brown.
Thomas Townsend Brown era un estudiante de físicas del Dr. Paul Alfred Biefeld en el Instituto Californiano para Estudios Avanzados. Brown notó que cuando tenía dos placas acarreando altos voltajes de corriente directa, separadas por un dieléctrico, el electrodo negativo se movía por sí solo en dirección de la placa positiva. En otras palabras, Townsend Brown descubrió que es posible crear un campo artificial de gravedad cargando un condensador eléctrico con un alto voltaje.
Thowsend construyó un condensador especial que utilizaba un material dieléctrico pesado, que acumulaba alta carga (factor K alto), entre sus placas, y encontró que cuando se cargaba entre los 70.000 a 300.000 voltios, se movería en la dirección de su polo positivo. Si se orientaba con su lado positivo hacia arriba, procedería a perder cerca del uno por ciento de su peso.

Posteriormente atribuyó este movimiento a un campo de gravedad inducido con electro estática, actuando entre ambas placas del condensador cargadas opuestamente. 
Sobre 1958, Thowsend tuvo éxito desarrollando un modelo de platillo de 15 pulgadas, que podía elevarse sobre el 110% de su peso. Los experimentos de Brown han lanzado un nuevo campo de investigación, que vino a ser conocido como Electrogravitics, la tecnología de controlar la gravedad a través del uso de carga eléctrica de alto voltaje.
Aproximadamente un año antes, este científico voló un juego de naves de 3 pies de diámetro para algunos oficiales de la Fuerza Aérea, y representantes de un número de
importantes compañías de aviación. Cuando fueron energizados con 150.000 voltios, los discos volaron rápidamente alrededor de un curso de 50 pies de diámetro, tan rápido que el tema fue inmediatamente clasificado (censurado y puesto fuera de circulación pública).


La revista Interavia más tarde reportó que los discos podían lograr velocidades de varios cientos de millas por hora al ser cargados con varios cientos de miles de voltios. Los discos de Brown estaban cargados con un alto voltaje positivo, en un alambre, operando a lo largo de su borde principal, y un altísimo voltaje negativo, en un alambre,
corriendo a lo largo del borde de fuga/posterior, como alambres de arrastre.
Al ionizar, los alambres, el aire alrededor de ellos formaría una densa nube de iones positivos delante de la nave, y una correspondiente nube de iones negativos detrás de ella. La investigación de Brown indicó que, así como las placas cargadas de sus condensadores, estas nubes de iones inducían una fuerza gravitacional dirigida en dirección de menos a más.
Al moverse, el disco, hacia delante, en respuesta a su campo de gravedad autogenerado, acarrearía con el sus nubes de iones positivos y negativos, y su índice asociado de electrogravedad. Consecuentemente, los discos montarían su onda de gravedad avanzante, mucho como los surfeadores montan una ola del océano.

El Dr. Mason Rose, uno de los colegas de Townsend, describió el principio operativo de los discos de la siguiente manera: 

“Los platillos hechos por Brown no tienen propulsor, ni jets, ni partes móviles, para nada, lo que hacen es crear una modificación del campo gravitatorio alrededor de ellos mismos, lo cual es análogo a ponerlos en la pendiente inclinada de una colina”.



ALGUNOS APUNTES SOBRE EL AUTOR:
Profesor de matemáticas, física y química. Ingeniero experto en Sistemas Auxiliares de Condensadores. Ingeniero Técnico Industrial en el Departamento de Investigación e Innovación.
Redactor/colaborador externo en las revistas Año Cero, Enigmas, y Mas Allá.
Colaborador habitual de los programas Luces en la Oscuridad (Punto Radio), Milenio (Radio Galicia). Colaborador del periodista e investigador Ferrán Prat en Radio Pirenaica y Punto Radio. 
Es autor de los libros: "El Increíble fenómeno de los círculos del maíz“ y “Los OVNIS del 11-S”. Ambos publicados por la editorial Corona Borealis


• Publicado con permiso del autor