El secreto de Colón







Juan José Benítez (ESPAÑA)






El almirante Colón no fue a ciegas a América. Gonzalo Fernández de Oviedo, en su obra Historia general y natural de las Indias, se atrevió a poner por escrito que otro navegante anónimo le facilitó la información.


Cristóbal Colón, en el retrato que conserva el Museo Precolombino de Sevilla. 

En abril de 2002 se cumplía el quinientos aniversario del que fuera cuarto y último viaje de Cristóbal Colón a las Indias, como él llamó siempre a las tierras americanas. En aquella oportunidad, al desembarcar en lo que hoy conocemos como Panamá y Costa Rica, el almirante recibió la noticia de la existencia  -” a nueve días de camino hacia Poniente” - de unas gentes prósperas, que disponían de barcos, espadas y caballos. Eran, probablemente, los ciguares. Colón nunca lo comprobó. Dos años más tarde, en 1506, moriría en Valladolid.


              La tumba de Cristóbal Colón en la Catedral de Sevilla
(Nota: Moriría en Valladolid, donde fue enterrado. Posteriormente, sus restos fueron trasladados a la capilla de Santa Ana del Monasterio de la Cartuja en Sevilla en 1509. Por deseo de su hijo Diego, los restos fueron mudados de nuevo en 1542, esta vez a Santo Domingo permaneciendo allí por más de dos siglos. Tras la conquista de la isla de Santo Domingo en 1795 por los franceses, se trasladaron otra vez a La Habana y, tras la guerra de independencia cubana en 1898, sus restos fueron trasladados a bordo del crucero Conde de Venadito hasta Cádiz y desde allí hasta Sevilla por el aviso Giralda con destino a la Catedral de Sevilla.

¿Caballos en América antes de la llegada de los conquistadores? No fue éste el único enigma que empañó la vida y el recuerdo del almirante de la Mar Océana. Poco después de su muerte, Gonzalo Fernández de Oviedo se atrevió a poner por escrito otro misterio que circulaba ya, desde hacia décadas, entre los hombres de la mar. En 1535, en su obra Historia general y natural de las lndias, Oviedo, indirectamente, acusa a Colón de plagio. Fue otro navegante -dice- quien le proporcionó la información al almirante.


                   El agonizante que facilitó la información a Colón

En esencia, así fue la historia: hacia 1476, una carabela que navegaba por el golfo de Guinea en dirección a España o Gran Bretaña se vio sorprendida por una tormenta que terminó arrastrándola hasta unas islas desconocidas, en el Oeste. Allí permanecieron varios años y, finalmente, asaltados por una grave enfermedad, los escasos supervivientes decidieron regresar. Este piloto anónimo o prenauta terminó desembarcando en las islas portuguesas de Madeira o Porto Santo donde, casualmente, vivía un jovencísimo Cristóbal Colón, casado con Felipa Moniz, hija del gobernador Perestrello. El prenauta muere en la casa de Colón pero antes de fallecer, no se sabe si por agradecimiento, el piloto anónimo "le confiesa cuanto ha visto y anotado en aquellas lejanas y desconocidas tierras situadas al oeste del Mar Tenebroso (Atlántico) Colón hace suya la información y, desde ese momento, se documenta y estudia, llegando a la conclusión de que existe una vía ­-por el oeste­- para alcanzar las Indias. El proyecto, por supuesto, no era nuevo. En 1474, dos años antes de la llegada de Colón a Portugal, el sabio florentino Toscanelli ya había hecho saber a Alfonso V, rey de Portugal, que existía esa vía occidental. El plan de Toscanelli, sin embargo, fue rechazado y olvidado.


  Estatua de Cristóbal Colón en Santo Domingo (República Dominicana)

Y Colón inicia un largo peregrinaje por las Cortes europeas, exponiendo su loco proyecto de descubrimiento. El gran americanista Juan Manzano y Manzano, que estudió a fondo el secreto de Colón, consideró que, a la vista de los fracasos en las Cortes de Juan II, en Lisboa, y de los Reyes Católicos, en Castilla, el genovés no tuvo más remedio que revelar parte de su secreto, informando a la reina Isabel de lo que sabía. Fue probablemente por esta razón por la que Colón consiguió su propósito y, sobre todo, el título de Almirante. Un título que aparece en las llamadas Capitulaciones de Santa Fe (Granada) en abril de 1492, cuando todavía no se había producido el viaje. En dicho documento, los Reyes Católicos hablan de "lo que ha descubierto". Y uno se pregunta: ¿qué había descubierto Colón en abril de 1492? En opinión de los expertos, Colón lo sabía prácticamente todo, antes de iniciar el viaje descubridor: millas, rumbo, marcas, minas de oro e, incluso, la derrota que debería seguir en el viaje de regreso. Y así fue...



ALGUNOS DATOS SOBRE EL AUTOR:
Escritor, investigador, periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la universidad de Navarra en 1965. Comenzó a trabajar para el periódico La Verdad, de Murcia en enero de 1966. Más tarde se traslada a Bilbao donde trabaja para La Gaceta del Norte. Fue en ese mismo periódico cuando en 1972 recibió en redacción un teletipo que hablaba sobre un aterrizaje ovni en Burgos. A partir de ese momento, cubre todas las noticias relacionadas con este tema para su periódico. En 1974 viaja a Perú para cubrir la noticia de un grupo de peruanos que aseguraban estar en contacto con seres extraterrestres. Esa experiencia de Juanjo será recogida en su libro Ovnis:SOS a la humanidad, aunque el primer libro que se publicó de él fue el segundo que escribió, titulado Existió otra humanidad, y en el que investigaba las piedras de Ica. A raíz del éxito de este libro, en ese mismo año, pudo por fin ver la luz el primero.
En 1977 comienza a tener serios problemas para seguir difundiendo el tema ovni por causa de diversas presiones, por lo que decide abandonar el periodismo para dedicar todo su esfuerzo a la investigación del citado fenómeno. Durante años se dedicó a investigar a lo largo y ancho del mundo. Los libros se sucedían: 100.000 km tras los ovnis, Documentos oficiales del Gobierno Español, etc. Hasta que en el año 1977 una investigación vinculada con Jesús de Nazaret da un giro a su vida y le lleva a escribir su libro El Enviado, y posteriormente su famosa saga de Caballo de Troya.
En 1992 dirigió un curso de carácter universitario en El Escorial sobre cuestiones extraterrestres, generando controversia entre la comunidad científica española que acusó al periodista español de distorsionar la teoría científica.


•Publicado con permiso del autor