San Malaquías y la profecía del último Papa

Mientras algunos todavía respiran con alivio después del 21 de diciembre de 2012, día en que según las profecías mayas muchos creyeron que el mundo terminaría, el pasado 12 de febrero las noticias nos sorprendieron con la renuncia al Pontificado del papa Benedicto XVI. Y es que su renuncia lleva a algunos a recordar otra profecía apocalíptica: San Malaquías vaticinó que el próximo pontífice será el último, y que la Iglesia, tal como la conocemos hoy, terminará.
San Malaquías nació en el año 1094, en Armagh, Irlanda. Durante una visita a Roma, tuvo una visión sobre todos los papas que conducirían la Iglesia Católica. Malaquías volcó sus visiones a un manuscrito, donde catalogó a 112 papas. Los últimos cinco, Flos Florum, De Medietate Lunae, De Labore Solis, Gloria Olivae y Petrus Romanus, son fácilmente identificados con los últimos cinco papas que han conducido la Iglesia Católica. Según la profecía, el último papa será Pedro el Romano (Petrus Romanus).
Durante su última peregrinación a Roma, en 1148, San Malaquías dio a conocer su última profecía, que se cumpliría puntualmente: el lugar y día de su propia muerte, en Clairvaux, Francia, el día de todos los santos, 2 de noviembre de ese mismo año.

Hablemos más detalladamente de San Malaquías

San Malaquías de Armagh (Armagh, 1094, - Clairvaux, 2 de noviembre de 1148) fue el arzobispo católico de Armagh (Irlanda). Se le recuerda sobre todo por dos listas de profecías que se le atribuyen ―pero que aparentemente fueron escritas varios siglos después de su muerte―: la profecía sobre los papas (1595) y la profecía sobre Irlanda (1690). Su festividad se celebra el 3 de noviembre.

Hagiografía

Según su hagiógrafo, el religioso Bernardo de Claraval, Malaquías tenía un origen noble, siendo hijo del Lector de Armagh. San Celso le ordenó sacerdote en 1119, y en 1123 fue nombrado abad de Bangor. Un año después alcanzó la dignidad de obispo de Bangor y, en 1124, de primado de Armagh. En 1127 pasó a ser el confesor del príncipe Cormac MacCarthy del reino de Desmond. Tras el saqueo de Connor establecería allí una comunidad monástica bajo la tutela de Cormac, ya rey. Al morir san Celso (1132), fue nombrado arzobispo de Armagh no sin pasar por varias intrigas. Entre otras, hubo de comprar el báculo de Jesús a un usurpador.


Hombre de gran celo religioso, su amigo, san Bernardo de Claraval, nos recuerda que Malaquías restauró la disciplina en el seno de la Iglesia de Irlanda, persiguió el paganismo y restableció la moral católica. Dividió la sede pastoral entre Down y Connor, quedándose en la primera, donde establecería un priorato. A principios de 1139 viaja a Roma pasando por Escocia, Inglaterra y Francia, donde visitó a san Bernardo. Su intención era pedirle al papa Inocencio II palios para las sedes apostólicas de Armagh y Cashel.
Malaquías encontró una situación espantosa en Roma, totalmente corrupta y con el papado a merced de los señores italianos. Volvió a su tierra natal con los dos palios y la dignidad de «primado de Irlanda».
En 1142 estableció la gran Abadía de Mellifont. Quiso volver a Roma en 1148, pero hallándose en Clairvaux cayó enfermo y murió en las manos de san Bernardo.
Fue canonizado por el papa Clemente III el 6 de julio de 1199.
La relación de sus numerosas reliquias se halla enumerada en el volumen CLXXXV del Patrologiae cursus completus de Jacques-Paul Migne.

Profecías

Las Profecías de san Malaquías son dos textos que se publicaron en 1595 y en 1690 y durante siglos se atribuyeron al arzobispo católico san Malaquías de Armagh (1094-1148).
El historiador Benedictino Arnold de Wyon fue el primero en mencionarlas en su libro Lignum Vitae, publicado en 1595.
Estas profecías son cortas pero han demostrado ser bastante veraces, aunque en la época de su publicación causaron mucha controversia. No obstante, ambos escritos se dieron a conocer siglos después ―cuando muchos de los sucesos predichos ya habían sucedido―, por lo que se han establecido serias dudas sobre su autenticidad.
El libro de las profecías de San Malaquías fue publicado originalmente en 1969 por Colin Smythe, Ltd en Inglaterra, con el título Profecías de San Malaquías y San Columbkille.
Tan Books lo publicó en los Estados Unidos en 1973, con el título Profecías de San Malaquías, su autor es Peter Bander.
El prefacio de este libro lee así:
"Al publicar las profecías de San Malaquías, Colin Smythe Limitada ha producido un libro instructivo y entretenido.
Hay una cantidad de información instantánea en las cortas  descripciones biográficas de Peter Bander acerca de los papas que ocuparon la Sede Romana desde 1143 hasta nuestro tiempo presente, y de veras de los antipapas también.
La forma increíble en que las visiones atribuidas a San Malaquías han mostrado aplicarse a los sucesivos papas individuales es de lo mas divertido. Cabe repetir el refrán "Se non é vero, é ben trovato" Si no es verdadero, es bien trovado.?
Sea lo que uno pueda pensar de lo genuino de estas profecías atribuidas a San Malaquías, aquí hay un fascinante estudio que provee al lector curioso con mucha ganancia y placer".

Arzobispo H. E. Cardinale
Nuncio Apostólico para Bélgica y Luxemburgo
Hasta hace poco Delegado Apostólico de la Gran Bretaña

La profecía sobre Irlanda (1690)

La obra fue publicada a fines del siglo XVIII por el monje benedictino e historiador francés Dom Mabillón (1632-1707), quien era un experto en falsificaciones (fue el fundador de la ciencia diplomática). Según él, esta obra era un «antiguo manuscrito preservado en Claraval».
Este texto ―que se supone escrito por el obispo Malaquías (1094-1148)― hace referencia a los sucesos futuros en Irlanda. Su redacción, muy distinta a la de la profecía de los papas, predice que Irlanda caerá en manos de los ingleses y sufrirá persecuciones y calamidades de todo tipo durante «una semana de siglos» (supuestamente entre fines del siglo XII y fines del siglo XIX). Transcurrido este tiempo, Irlanda sería «liberada de sus opresiones», sufriría toda clase de castigos terribles, y entonces desempeñaría un papel prioritario en la conversión de Inglaterra al catolicismo. La única «profecía» que acierta es la aparición del anglicanismo en Inglaterra en 1536 (nótese que el texto fue publicado en 1595).

Posible fraude

El religioso Bernardo de Claraval ―quien fue íntimo amigo de Malaquías― escribió en su Breviario que Malaquías gozaba del don de la profecía, pero no mencionó en absoluto ninguna profecía acerca de Irlanda, y menos aún una lista de los futuros papas (que incluye el año en que sucedería el fin del mundo). En su Vida de san Malaquías, san Bernardo tampoco menciona estas dos profecías.
Esta falta de mención, y el hecho de que todos los sucesos predichos ya habían sucedido cuando se descubrió el texto, refuerzan la hipótesis de que se trata de una falsificación posterior.
El jesuita francés Claude François Menestrier (1631-1705) escribió una obra para demostrar que esta profecía había sido escrita a fines del siglo XVII.

La Profecía de los Papas (1595)

Como ya mencioné anteriormente la «Profecía de los Papas» de san Malaquías apareció en el Lignum vitae, ornamentum, & decus Ecclesiae (‘El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia’), en 1595, publicado por el monje benedictino belga Arnoldo Wion (quien era historiador de su orden). Wyon dedicó este libro al rey de España Felipe II. El Lignum Vitae es una biografía colectiva de los benedictinos elevados a la dignidad episcopal. Tras unos párrafos sobre la figura de san Malaquías, termina diciendo: «[Malaquías] Escribió varios opúsculos. Hasta el día de hoy no he tenido ocasión de ver ninguno, exceptuando una profecía relacionada con los soberanos pontífices. Puesto que es muy breve, y que yo sepa no ha sido dada a imprimir todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, copio a continuación su contenido».

El libro resultó un éxito en toda la Europa cristiana.

Sigue una serie de 112 pequeños lemas o frases en latín sin numerar haciendo alusión alegórica a los siguientes 112 papas que gobernarían la Iglesia católica, desde Celestino II (1143-1144) hasta un supuesto Pedro el Romano, incluyendo a los antipapas. Se observa que las divisas correspondientes a los papas anteriores a 1595 son mucho menos ambiguas que las sucesivas.

¿Son Auténticas?

Se ha debatido mucho si San Malaquías es el verdadero autor.  En contra se argumenta que el manuscrito original no se ha encontrado. Estuvieron perdidas hasta el siglo XVI en que se publicaron con el libro Lignum Vitae de Wion. Si San Malaquías es el autor, las profecías estuvieron desaparecidas por 400 años. También es extraño el silencio sobre estas profecías por parte de San Bernardo amigo de San Malaquías quién escribió su biografía y nos relata sobre otros escritos del santo. Muchas hipótesis han querido explicar las profecías y su origen.
En el siglo XVII, el Padre Menestrier, jesuita, presentó la hipótesis de que las profecías son un plagio para influenciar las elecciones de Gregorio XIV en el cónclave del 1590. El lema que le corresponde a este Papa en la profecía es "antiquitate urbis", que hace alusión a su ciudad natal y sede episcopal, Orvieto (Latín: Urbs vetus). Pero el Padre Menestrier no ofrece pruebas para sus acusaciones.
Por otra parte, uno de los mas respetados historiadores del mismo siglo XVI, Onofrio Panvinio, corregidor y revisor de la Biblioteca Vaticana en 1556, parece aceptar completamente la autenticidad de la profecía de Malaquías.
Según la hipótesis del Abad Cucherat (1871), San Malaquías escribió la profecía en Roma, entre los años 1139 y 1140 cuando visitaba al Papa Inocencio II para reportarle los asuntos de su diócesis. Entonces entregó su manuscrito al Papa para consolarlo en sus tribulaciones. El Papa guardó el manuscrito en los archivos romanos donde quedó olvidado hasta su descubrimiento en el 1590 (Cucherat, "Proph. de la succession des papes", ch. xv).

Los últimos Papas

101:  "Crux de Cruce" (Cruz de Cruz). Pío IX (1846-1878)
102:  "Lumen in caelo" (Luz en el cielo). León XIII (1878-1903).
103:  "Ignis ardens" (Fuego Ardiente). Pío X (1903-1914).
104: "Religio Depopulata" (Religión devastada). Benedicto XV (1914-1922).
105: “Fides intrepida” (La Fe Intrépida). Pío XI (1922 –1939).
106: “Pastor angelicus” (Pastor angélico). Pío XII (1939-1958). Reconocido como un gran intelectual y defensor de la paz
107: “Pastor y nauta” (Pastor y navegante). Juan XXIII (1958-1963)
Juan XXIII fue Cardenal de Venecia, ciudad de navegantes. Condujo la Iglesia al Con. Vat II.
108: “Flos florum” (Flor de las flores). Pablo VI (1963-1978).
Su escudo contiene la flor de lis (la flor de las flores).
109: “De medietate Lunae” (De la Media Luna). Juan Pablo I (1978-1978).
Su nombre era “Albino Luciani” (luz blanca).  Nació en la diócesis de Belluno (del latín bella  luna). Fue elegido el 26 de agosto del 1978. La noche del 25 al 26 la luna estaba en “media luna”. Murió tras un eclipse de la luna. También su nacimiento, su ordenación sacerdotal y episcopal ocurrieron en noches de media luna.
110: “De labore solis” (De la fatiga o trabajo del sol). Juan Pablo II (1978-2005). Ha sido capaz de un trabajo extraordinario y extenso. Los días de su nacimiento y muerte hubo eclipses solares.
111:  “Gloria Olivae” (La gloria del olivo). Benedicto XVI (2005). Toma su nombre por San Benito y Benedicto XV.  Los Benedictinos tuvieron una rama llamada los "olivetans". Benedicto XV se destacó por sus esfuerzos por la paz durante la Primera Guerra Mundial.

Queda uno solo en la lista:

112:  “Petrus Romanus” (Pedro Romano). Quién será el último Papa ya que en su reinado ocurrirá el fin.


Algunas observaciones:

Hay quien advierte que, aunque la profecía dice que Petrus Romanus es el último Papa, no especifica si hay o no Papas entre él y su predecesor (Gloria olivae). En ese caso San Malaquías habría hecho la lista de los próximos 111 Papas y entonces saltado al último. Esto es especulación.
La relación entre los Papas y sus lemas, en algunos casos es sorprendente, en otros solo encaja con explicaciones bastante elaboradas. También hay lemas que son los suficiente amplios como para poder ajustarse a muchos Papas. Por ejemplo, todos los Papas del siglo XX han tenido una "fe intrépida" y han sino "Pastores angélicos".
Es importante tener en cuenta que estas profecías no son parte del magisterio de la Iglesia. La validez de su contenido no está garantizada por la Iglesia. Por algo les ha dado tan poca importancia oficialmente.
Sin embargo, para aquellos que consideran como ciertas estas profecías, no cabe duda que el último de los Papas sería el que sustituya a Benedicto XVI, ese último Papa es llamado Petrus Romanus, es decir Pedro el Romano. Su importancia es tal que San Malaquías escribe sobre él una frase que hasta el momento es materia de discusión por muchos investigadores y especialistas.
San Malaquías dice: “In psecutione extrema S.R.E.sedebit. (S.R.E. = Sacræ Romanae Ecclesiae) Petrus Romanus, qui pascet oues in multis tribulationibus: quibus transactis ciuitas septicollis diruetur, & Judex tremedus iudicabit populum suum. Finis.”
En español la frase significa: “Durante la persecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará, Pedro el Romano, quien alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas [Roma] será destruida y el Juez Terrible juzgará al pueblo. Fin.”
Para muchos, la imagen de este Papa, Pedro el Romano, es la imagen del Sumo Pontífice que tendrá que lidiar con los problemas del fin del mundo. Otros aseguran que no se trataría de una profecía del fin del mundo, sino sobre el fin de la Iglesia Católica, por lo menos como hoy la conocemos. ¿Será entonces el comienzo de una nueva etapa de la Iglesia? ¿Un nuevo orden?

La renuncia de Benedicto XVI

La noticia ha sorprendido a todo el mundo y todos los medios de comunicación le han dado una amplia cobertura.
Es la noticia más comentada en estos días desde que Benedicto XVI ha anunciado su decisión de renunciar al Pontificado por motivos de salud, dada su avanzada edad. Se encuentra cansado y no se ve con fuerzas para continuar.
La noticia por inesperada y por ser algo poco habitual en el seno de la Iglesia Católica, aunque existen algunos precedentes, pero muy lejanos en el tiempo, que han hecho correr todo tipo de elucubraciones y todos los analistas tanto políticos como religiosos han tratado de buscar las posibles causas que pudieran existir, diferentes a las anunciadas por el Pontífice que le han llevado a tomar esa determinación.
No han faltado los teóricos de la conspiración, que afirman que detrás de esta renuncia se esconden presiones y movimientos de grupos poderosos que al final han logrado que Benedicto XVI se derrumbe y tire la toalla.
Debo admitir que existen razones que apuntan en esta dirección.


No debemos dejar de notar que esta renuncia se produce en unos momentos cruciales para la Iglesia Católica, atacada desde muchos frentes de naturaleza política y religiosa que pretenden la desaparición de la Iglesia como tal. Claman por un cambio radical en su seno y sus formas.
Efectivamente, asistimos, desde hace años ya, a una presión ejercida por diferentes estatus de nuestra sociedad, incluidos muchos teólogos de prestigio, que desean la implantación de una libertad de costumbres, corrientes de pensamiento y prácticas sociales que chocan frontalmente con la forma de actuar de la Iglesia. Se la acusa de ser represora, intransigente, caduca y del medioevo, y su existencia, tal y como está ahora constituida, la consideran anacrónica y carente de sentido en la sociedad actual.


Según la lista de los Vaticinios, la elección del Pontífice Benedicto XVI, al que la lista atribuye la divisa número 111 “De Gloria Olivae” (de la gloria del olivo) marcará la última etapa de la iglesia y determinará el período que preludia el “final” de esta.

Ahora mismo, en estos momentos cruciales, los Cardenales y todo el Vaticano y en general todo el mundo católico se halla en estado de shock, por la noticia. Después, pasado este temporal, reunidos los cardenales en Cónclave secreto elegirán al nuevo sucesor de Pedro, que si las profecías de San Malaquías se cumplen, adoptará el nombre de Pedro.
Si ocurre así, ¿seremos testigos del fin de la Iglesia Católica, tal y como la conocemos ahora?, ¿existe entre los papables alguien que se pueda identificar con Pedro el Romano, o Pedro Romano?.
Efectivamente, hay uno, el actual Cardenal Camarlengo y brazo derecho de Benedicto XVI. Su nombre es Tarsicio Pietro Evasio Bertone. Pietro en español es Pedro.
¿Y romano?. Se puede considerar así. Nació en una localidad italiana, perteneciente a Turín y que se llama Romano Canavese.

Tarsicio Bertone

Tarcisio Pietro Evasio Bertone es arzobispo y cardenal de la Iglesia católica.
Desde 2006 se desempeña como Secretario de Estado Vaticano y desde 2007 es el cardenal Camarlengo. Con la renuncia de Benedicto XVI, el 28 de febrero de 2013 a las 20:00, tomará sus funciones como Camarlengo durante el periodo de Sede Vacante.

Biografía

Nació en Romano Canavese (provincia de Turín, Italia) el 2 de diciembre de 1934. Realizó sus estudios de grado medio en Turín, ingresando en el noviciado salesiano posteriormente. Hizo su primera profesión como salesiano el 16 de agosto de 1950. Fue ordenado sacerdote el 1 de julio de 1960.
Licenciado en teología por la Facultad Teológica Salesiana de Turín, obtuvo el doctorado por el Pontificio Ateneo Salesiano de Roma, donde además realizó la licenciatura y el doctorado en Derecho Canónico.
En 1967 asumió la cátedra de Teología Moral Especial en el Ateneo Salesiano de Roma, hoy Pontificia Universidad Salesiana. En ella ha sido también decano de la Facultad de Derecho Canónico, y de 1989 a 1991 fue su rector.
En 1991 fue nombrado arzobispo de Vercelli, en el norte de Italia. En 1995 el papa Juan Pablo II le nombró Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe; en ella pudo conocer profundamente al cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de esa misma Congregación. En esta función fue él el encargado por el Papa de hacer público el llamado tercer secreto de Fátima.
En 2003 fue nombrado arzobispo de Génova. El 21 de octubre de ese mismo año fue designado cardenal con el título de Santa María Auxiliadora de Vía Tuscolana. Participó en el cónclave de 2005, que eligió al cardenal Ratzinger nuevo papa con el nombre de Benedicto XVI.
Ratzinger le designó el 15 de septiembre de 2006 como Secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano, cargo que actualmente desempeña, y desde el 4 de abril de 2007 es también el cardenal Camarlengo. Este cargo de Camarlengo y Secretario de Estado Vaticano, no ha sido desempeñado simultáneamente desde que en 1978 lo fuera el cardenal Jean-Marie Villot, el cual se encargó de comprobar el fallecimiento de los papas Pablo VI y Juan Pablo I. Tras la muerte el 19 de abril de 2008 del cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, el 10 de mayo el papa Benedicto XVI, lo agrega a los cardenales obispos, con el título de la Sede Suburbicaria Frascati.

Secretario de Estado

Como Secretario de Estado, el cardenal Bertone se caracteriza por la especial sintonía con el Papa, dado que anteriormente han colaborado durante muchos años.
En su periodo como Secretario de Estado ha afrontado la situación creada por las consagraciones episcopales ilegítimas del arzobispo Milingo. También hubo de movilizar la diplomacia vaticana con motivo de unas declaraciones del Papa en Ratisbona, mal entendidas en algunos ambientes musulmanes. El viaje a Turquía del Papa en noviembre de 2006 puso a prueba las dotes diplomáticas del cardenal Bertone, tanto hacia las autoridades turcas como -desde el punto de vista ecuménico- hacia el Patriarca de Constantinopla.
En 2008 realizó una visita de varios días a Cuba con ocasión del X aniversario del viaje de Juan Pablo II.
El papa Benedicto XVI le nombró legado pontificio para el VI Encuentro Mundial de las Familias celebrado en México del 13 al 18 de enero de 2009.
Su cercanía con el Papa ha sido tan clara que en las vacaciones de verano del Pontífice en 2009, éste decidió ir a la región del Valle de Aosta y, a pesar de un accidente en su mano derecha, visitar la población natal del cardenal italiano que allí presidió una Eucaristía esperando la llegada de Benedicto XVI.
En diciembre de 2009 cumplió los 75 años de edad y, como establece el Código de la Iglesia, presentó su renuncia al cargo de Secretario de Estado; pero Benedicto XVI, mediante una carta con fecha del 15 de enero de 2010, le encomendó seguir desempeñando su cargo.
Con motivo del bicentenario de la independencia de Chile, realizó un viaje a este país en abril de 2010, siendo todavía reciente el terremoto sufrido en parte de su territorio.
En abril del 2010 causó la indignación de organizaciones homosexuales y de otras personas que no lo son cuando, en medio de una seguidilla de escándalos de pederastia protagonizados por miembros del clero católico, declaró que existía relación entre homosexualidad y pedofilia.
En 2011 celebró la Santa Misa de acción de gracias por la beatificación de Juan Pablo II.
En 2012 recibió el Premio Conde de Barcelona de manos del Rey de España.
En la Curia Romana es miembro de las Congregaciones para la Doctrina de la Fe, el Clero, las Iglesias Orientales, los Obispos y para la Evangelización de los Pueblos. Miembro de la Comisión Cardinalicia de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión (I.O.R.).

Luchas de poder en el Vaticano
Los dos 'partidos' que mandan en la Curia romana: Diplomáticos vs. Bertonianos


Es interesante también traer a colación un interesante artículo publicado por el periódico El Mundo, el día 02/06/2012, y firmado por José Manuel Vidal. Dice así:

«La Iglesia no es un macropartido político ni una multinacional, como sostienen algunos, pero sí una institución humano-divina o divino-humana y, como tal, está sometida a las consiguientes luchas por el poder, que se tornan encarnizadas cuando un pontificado va llegando a su final. Es entonces cuando los distintos 'partidos' o 'cordadas' eclesiales se disputan la preeminencia y utilizan todos los medios a su alcance para imponer sus tesis. Eso sí, siempre 'ad maiorem gloriam Dei'.
Desde el momento en que el Pontífice reinante da muestras de la más mínima debilidad, comienzan lo que en lenguaje eclesiástico suele denominarse "las santas hostilidades": los 'partidos' se organizan, pululan los "grandes electores", cada sector ocupa posiciones y comienzan a barajarse los nombres y los perfiles de los eventuales papables.
Sin propaganda ni carteles, siempre callada y sigilosamente, con prudencia y delicadeza, 'sotto voce', los principales candidatos afilan sus armas y se lanzan a una campaña sutil, pero intensa, en busca del poder-servicio[…]
Y es que ya San Bernardo de Claraval (1090-1153) adoctrinaba así a su discípulo[…] "Son muy hábiles cuando obran el mal e incapaces de hacer el bien. Se les odia en el cielo y en la tierra, pero han extendido las manos hacia ambas cosas; son impíos con Dios y desvergonzados con las cosas santas; turbulentos entre sí, envidiosos de los que tienen al lado, sin compasión con los demás; nadie consigue amar a estos que no aman a nadie y, mientras presumen de ser temidos por todos, es inevitable que ellos mismos tengan miedo". Y lo dice un santo tan santo como San Bernardo.

Diplomáticos vs Bertonianos

Y las cosas parecen haber empeorado desde entonces. No es de extrañar que, en Roma, se suela decir que la Curia está dividida en dos mitades: los que tienen en sus manos las palancas del poder y los que esperan ansiosamente el cambio de turno. Algo que, como dicen los miembros de ambas mitades, tiene incluso su lógica evangélica y su mística primigenia, porque ya los doce se disputaban la preeminencia en el Reino y la colocación a la derecha o a la izquierda de Jesús.
Las cordadas, clanes o partidos colocan a sus peones y establecen sus respectivas estrategias. En estos momentos, en la Curia romana hay dos grandes partidos: el de los diplomáticos, al que algunos llaman también 'la vieja guardia', y el de los 'Bertonianos'. El primero está formado por cardenales curiales procedentes de la carrera diplomática. Con dos capitanes: el anterior Secretario de Estado, Angelo Sodano, y el prefecto emérito de obispos, Giovanni Battista Re. Los dos dominaron la Curia durante el largo pontificado de Juan Pablo II y consideran que los suyos deben seguir haciéndolo, por el mayor bien de la Iglesia.


                                            Angelo Sodano

De hecho, la lucha encarnizada contra el jefe de filas del otro partido, el cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, comenzó ya antes de que éste fuese designado oficialmente por el Papa para tan delicado puesto. Aducían y aducen que Bertone, un salesiano sin experiencia diplomática, no era el candidato idóneo para llevar las riendas de la sala de máquinas de la Iglesia.
Y más teniendo en cuenta que, dado que Benedicto XVI es un Papa teólogo y escritor, su Secretario de Estado tiene que suplirlo en las labores de gobierno de la Iglesia. Y, según ellos, el hombre capaz de hacerlo era el cardenal Re, pero no el pastoralista Bertone.
Pero el Papa se decidió por el salesiano y, desde entonces, saltaron las hostilidades. Para protegerse, el nuevo Secretario de Estado comenzó a laminar a los miembros de la cordada de los diplomáticos y a colocar a los suyos en los puestos de máximo relieve[…]
No hay entre ambos partidos grandes diferencias teológico-eclesiológicas, sino sólo de gestión del poder, del dinero y, especialmente, de la estrecha relación que el Vaticano siguen manteniendo con la economía y con la política italiana[…]


El partido de los extranjeros

Ajenos a luchas e intrigas, los cardenales extranjeros. Los que no son de la Curia ni de Italia. La gran mayoría silenciosa, que asiste atónita a estas 'italianadas'. Indignados por la mala imagen que transmiten de toda la Iglesia, en la era de la comunicación global, algunos comienzan a unir fuerzas para crear otra cordada que ponga coto a los desmanes de los italianos[...]

Subclanes y camarillas

Dentro de cada gran 'familia', hay diversos subclanes, corrientes, camarillas y lobbys. Por ejemplo, el clan cercano al Opus Dei. O el de los vinculados a Comunión y Liberación. O los relacionados con los Caballeros de Colón. O la cofradía curial(a la que también se le llama 'masónica', no porque sus miembros pertenezcan a la francmasonería, sino porque se trata de una estructura y de una gestión del poder que reclama la articulación y los métodos de la masonería), de la que forman parte toda una serie de cardenales, obispos, prelados y seglares, que luchan contra las aspiraciones hegemónicas del Opus Dei[…]

Podéis leer el artículo completo en el enlace:


Finalmente

Claro, a pesar de todo, cabe siempre la posibilidad de que los cardenales reunidos en el Conclave nos sorprendan con su elección, muchas opiniones cualificadas apuntan en ese sentido, no siendo más que otra profecía fallida, y, al igual que ha ocurrido con la maya, todo continúe como hasta ahora. En poco tiempo lo sabremos.