Tanzania: Astronautas en la Edad de Piedra






Juan José Benítez (ESPAÑA)






Tropecé con este nuevo enigma hace ya algunos años, mientras visitaba el museo de Nairobi, en Kenya. Sencillamente, me dejó fascinado. A partir de aquel día me propuse reunir un máximo de información sobre las misteriosas y desconcertantes pinturas rupestres de Tanzania. Y mi primera fuente fue Mary Leakey, la esposa del celebre antropólogo del mismo nombre. Ella fue la descubridora, en 1951, mientras trabajaba en el distrito de Kondoa. A partir de esa fecha, Mary exploró otros asentamientos y abrigos rocosos del norte de Tanzania, llegando a descubrir hasta 186 emplazamientos con un total de más de mil seiscientas pinturas.


Situación de los principales emplazamientos de pinturas rupestres estudiados por Mary Laekey

Pero no son las únicas. Otros cientos de pinturas serían catalogadas y copiadas en los distritos de Bukoba y Dodoma. Pinturas antiquísimas que, en general, aparecen en las rocas de granito gris de las estepas masai.

El primer registro

El marido de Mary, Louis Leakey, hace mención del primer registro escrito de estas pinturas en su libro: "Edad de piedra en África".
En el dice textualmente:

"El primer hallazgo de una forma de arte rupestre en África oriental parece haber sido hecho en 1908 por unos misioneros que trabajaban en Buanja, cerca de Bukoba, en la costa occidental del lago Nyanza. Se hallaron algunos refugios rocosos con innumerables dibujos de figuras humanas convencionales en rojo. Fueron mostrados a los miembros de la expedición del Duque de Mecklenburg en junio de ese año, y descritos por el etnólogo de la expedición, doctor Czakanowski.
Que yo sepa, no se hizo ningún otro descubrimiento hasta después de la guerra, cuando en 1923 el Sr. F.B. Bagshawe (entonces Comisionado del Distrito) publicó una nota en "Man" bajo el título "Pinturas rupestres de los bosquimanos de Kangeju, territorio de Tanganika", donde describía algunas pinturas de la zona, al oeste del lago Eyasi.
En 1929, el Sr. Nash publicó un corto documento en el periódico Royal Anthropological Institute, en el que describía algunas pinturas halladas en las paredes de los refugios de rocas en el distrito de Kondoa:

"La mayoría están muy mal conservados, y muchos lugares donde están mejor conservados, han sido estropeados por una serie de dibujos hechos sobre ellos. El pigmento usado siempre es rojo, a veces con tonos naranja y a veces con un tinte purpureo".

En otras palabras -prosigue Leakey- Nash se encontró un emplazamiento donde había una serie de superposiciones, y donde se habían usado pigmentos de diferentes colores.
En nuestro viaje en camión a África del Sur (para asistir a la reunión de la Asociación Británica de Ciudad del Cabo) mis compañeros y yo visitamos al Sr.Nash, quien gentilmente nos llevó a algunos emplazamientos, y nos dijo cómo llegar a otros. Aunque no teníamos tiempo de hacer un trabajo detallado, era obvio que había una serie de estilos diferentes y que, para determinar la secuencia de dichos estilos, había que realizar un estudio cuidadoso...".

29.000 años

Curioso destino. Louis Leakey no podía imaginar entonces que ese "estudio cuidadoso" lo llevaría a cabo, justamente, su esposa Mary.


La gran antropóloga Mary Leakey en la región de Kondoa. ©Mary Leakey


Y así fue. Durante años, la valerosa antropóloga se dedicó en cuerpo y alma a la exploración y rescate de cientos de pinturas. Gracias a su esfuerzo, este formidable tesoro de la Edad de Piedra en África puede ser hoy contemplado en los propios abrigos rocosos, en el Museo de Nairobi y en un libro excepcional que recomiendo a cuantos se sientan atraídos por los misterios: "Africa's Vanishing Art".
Dada la complejidad y extensión de estos trabajos trataré de sintetizar aquellos aspectos que me parecen más destacados y que, en definitiva, constituyen la clave del enigma de las pinturas rupestres de Tanzania.
Veamos.

• Mary Leakey detectó hasta trece estilos diferentes en dichas pinturas. En muchas ocasiones, superpuestos unos a otros.
• Siguiendo métodos de datación (Carbono 14 y asociación de fechas a los restos hallados al pie de los abrigos rocosos: huesos, cáscaras de avestruz, herramientas de piedra, etc.) los expertos dedujeron que los "artistas" habían ejecutado dichas pinturas en un periodo que oscilaba entre los 50.000 y los 16.000 años. Muchas de ellas - quizá las más interesantes - se remontaban a 29.000 años de antigüedad.

• Otras pinturas fueron datadas en 1.500 años.

• Una vez calcadas, las pinturas fueron reducidas a la mitad de su tamaño original.


Mary Laekey, en pleno trabajo en uno de los abrigos rocosos, en Kolo I.©Mary Leakey.

• La mayoría fue trabajada con pigmentos rojos, predominando el rojo oscuro. Otras fueron hechas en naranja y en amarillo. Además del blanco, fabricado quizá con excrementos de aves, los "artistas" utilizaron también la pigmentación negra, extraída probablemente del manganeso.
• Los seres humanos (?) aparecen en 650 pinturas. Es decir, en un 43 por ciento del total.

• Observaciones de Mary Leakey: los "humanos" nunca aparecen con cara. Las cabezas son redondas, las caderas exageradas y la estatura muy pequeña. A estas figuras las denominamos de estilo "bosquimano". El segundo estilo -llamado "kolo"- es muy diferente: cuerpos largos, cabellos igualmente largos, manos sin pulgares y pies con "espuelas" (lo que debería ser el dedo pulgar se presenta también largo y delgado). El tercer estilo es el más extraño: figuras muy altas (desmesuradas), de hasta un metro de altura en los lienzos y siempre pintadas en solitario. "Resulta difícil comprender -escribe Mary- por qué las dibujan tan altas, a menos que sean seres míticos o tengan algún significado que se nos escapa".

• Algunas figuras -prosigue la antropóloga- son muy complejas. ¿Se trataría de árboles?

• Otro tanto sucede con lo que hemos denominado "soles". ¿Qué son esos círculos de los que irradian líneas? ¿Por qué aparecen varios soles en la misma escena?. No lo sabemos...

• Y otro misterio: los bosquimanos que fueron interrogados en el siglo XIX aseguraron que aquellas pinturas no fueron hechas por sus antepasados. Entonces, ¿por quién?. Y, sobre todo, ¿por qué?.

• En estos momentos, 8.000 pinturas esperan que alguien las investigue.

• En toda África no se conocen pinturas en las que aparezcan humanos con pezuñas, espuelas, cuernos y cabezas de animales. Y Mary Leakey se pregunta: "¿Pueden ser humanos enmascarados o seres mitológicos?".

• Tampoco tenemos explicación para los "humanos" que presentan cuatro dedos largos, sin pulgares.

ANÁLISIS DE ALGUNAS IMÁGENES

Pasaré ahora al examen de algunas de las pinturas que más me sorprendieron. Pero antes, un detalle importante: sugiero al internauta que repare en "algo" de especial trascendencia. A saber: la extraordinaria fidelidad de los "artistas" de la Edad de Piedra a la hora de dibujar lo que veían a su alrededor.
Por ejemplo: los animales y las escenas de caza. Si aquellos pintores plasmaron la anatomía de humanos y animales con semejante perfección y minuciosidad, ¿Qué podemos pensar de estas otras figuras que, según Mary Leakey, son tan extrañas? ¿Pintaron seres con cabezas redondas, espuelas en los pies, manos con cuatro dedos y enigmáticas vestimentas porque así lo vieron, o porque lo imaginaron?. ¿No será que los primitivos habitantes de Tanzania, hace 29.000 años, asistieron al descenso unos seres "no humanos" y los dibujaron tal y como eran?.


Obsérvese la gran fidelidad del artista a la hora de pintar lo que le rodeaba


Que cada cual, como siempre, saque sus propias conclusiones...


LAS IMÁGENES


Extraña figura en el abrigo de Munenia 1. Ni el "casco" ni los "pantalones" corresponden a lo que era habitual en los indígenas de aquel tiempo. Tampoco los largos y estilizados dedos tienen explicación


En el abrigo de Chungay 3 fue descubierta esta no menos increíble figura: un ser con una especie de "casco", una indumentaria de una sola pieza, brazos cortos y manos con dedos igualmente anormales. Obviamente, los "artistas" pintaron lo que vieron


Imagen 1. En el llamado "Baile del elefante" (asentamiento Cheke 3), junto a extrañas figuras de cabezas redondas, puede apreciarse, en el recuadro, una criatura para la que los arqueólogos no tienen explicación: un ser con unas no menos desconcertantes extremidades inferiores. A la derecha, varios objetos con patas que parecen arrojar luz o fuego por su zona inferior. Algo bien conocido hoy para los ufólogos...



                                   Ampliaciones de la imagen 1



Imagen 2. "El baile del león". Así conocen esta pintura los especialistas. En ella aparecen más de veinte figuras enigmáticas. En el recuadro superior, un ser con una enorme cabeza (¿un casco?) y a su derecha, una "escalerilla" (!). En el recuadro inferior derecha, otros dos seres con capas y grandes cabezas. En el recuadro de la izquierda, un total de once criaturas inclasificables



                                   Ampliaciones de la imagen 2



Imagen 3. Asentamiento rocoso en Kundusi 2. De nuevo extraños seres con pezuñas. Y entre ellos, en el recuadro, una figura sorprendente: una criatura con cabeza de animal. Curiosamente, esta figura también se repite en las pinturas de Tassili, al sur de Argelia



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Imagen 4. En el recuadro, otra enigmática escena: varias figuras parecen caminar hacia dos objetos desconocidos. En el primero -punteado- se observan con claridad lo que parecen dos patas o soportes



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Imagen 5. Abrigo rocoso de Itololo I. En el recuadro, entre extrañas figuras, se aprecia un objeto que descansa sobre cuatro patas y que aparece provisto de lo que parecen "antenas" (!). Para los arqueólogos sólo se trata de "una extraña criatura con el cuerpo relleno de líneas horizontales". A la derecha, señalada con una flecha, una jirafa. Lo curioso es que presenta una especie de "collar". ¿Quién se lo puso y por qué?. Abajo, también marcado con una flecha, un no menos enigmático punto rojo en el hocico de una cebra. ¿Desde cuándo los habitantes de Tanzania se dedicaban a marcar los animales con "collares"?



                                  Ampliaciones de la imagen 5



Imagen 6. Pintura existente en el abrigo denominado Itololo 1. Para Mary Leakey "son figuras humanas desconcertantes". Hoy, los investigadores del fenómeno OVNI sabemos de muchas descripciones de estas naves "no humanas" muy similares a lo que fue pintado en Tanzania hace 29.000 años




Ejemplo: La imagen superior corresponde a un OVNI fotografiado en 1966 en el lago Tiorati (Nueva York). La de abajo, a otro OVNI captado en 1971 en Inglaterra. Obsérvese el gran parecido con las pinturas de hace 29.000 años



Imagen 7. Una de las pinturas más increíbles descubiertas en los abrigos rocosos de Kolo 1. Para Mary Leakey que, curiosamente, la bautizó como la "abducción", se trata de un intento de secuestro de una mujer por parte de cuatro extrañas criaturas. La imagen es tan plástica que sobra todo comentario. Y a la derecha, en el recuadro, otra escena igualmente desconcertante: un ser de gran cabeza montado en la canastilla que cuelga de un globo (!). ¿Es que ya existían los globos en la Edad de Piedra? Pues bien, a pesar de la claridad con que fue dibujado el artefacto, para los arqueólogos no es otra cosa que "un cazador escondido detrás de un escudo rectangular al que intenta cornear un antílope".

En mi opinión, he aquí una de las pruebas más contundentes de lo que muchos defendemos: también en la antigüedad fuimos visitados por seres de otros mundos.



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